Del lider al dirigente, del dirigente al funcionario

A pesar de los discursos de ayer, la transición inevitablemente trae cambios. El apoyo manifiesto que el presidente saliente hiciera del recién designado, será para convencer a la población, pero sobre todo a la cúpula del poder –donde votar unánimemente no significa que piensen igual– de que Diaz-Canel es un «digno sucesor».
El nuevo presidente asume con el respaldo de Raúl Castro, pero la avanzada edad de los llamados «dirigentes históricos» hace muy volátil ese apoyo, y Diaz-Canel deberá crear alianzas propias mas allá de las heredadas, para gobernar un país lleno de dificultades.
A pesar de los discursos de ayer, y a pesar de Diaz-Canel, de Raúl Castro y de los restantes 603 Diputados, la economía deberá ponerse delante del carro ideológico ahora que del líder solo quedan cenizas. Y ya que se proclaman tan irreversiblemente socialistas, estudien, revisen y analicen que escribió Karl Marx sobre el tema. Y si les resulta tedioso y antiguo, vayan a la cola: de un agro, de la farmacia de un ómnibus, –a cualquiera, que abundan–; y presten atención.

Ecos

Mi amiga Ana vivió la muerte de Chávez como la de un familiar: con lágrimas, sin poner música. Habla de él y se le quiebra la voz. Ni siquiera sabe explicarme el origen de tanta devoción, pero estuvo pendiente por Telesur de todos los detalles. Como para ella el tema es muy emocional, no fue hasta hace dos días que le pregunté qué le habían parecido las elecciones venezolanas y su opinión me dejó fría:

–Yo no hubiera votado por ninguno de los dos. El Capriles será de la ultraderecha, pero no sé qué le vio Chávez a Maduro. Alguien debía recomendarle que lea los discursos, porque sabe hablar, ¡lo que no sabe es callarse!

Algo parecido, pero con menor concisión y contundencia, le había escuchado a mi vecino Tomás, que apenado le comentaba a una visita: –Maduro es muy trabajador, pero no tiene el carisma de Chávez.

Mi mamá, con sus 96 años mantiene su lucidez y su observación coincide con muchas que podían recogerse durante la campaña presidencial venezolana: –Lo peor que hace es tratar de imitarlo (a Chávez).

También he escuchado comentarios cínicos, de algunos que detestan a Maduro con displicencia, pero detestan más aun los apagones de que nos salvamos los cubanos, al menos por los próximos tres años.